SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA
SERVICIOS EDUCATIVOS DEL ESTADO DE CHIHUAHUA
UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL
UNIDAD 081
"LA SUPERVIS ON ESCOLAR y SUS IMPLICACIONES IEN EL PROCESO EDUCATIVO"
TESINA: MODALIDAD ENSAYO
QUE PRESENTA
JOSÉ OSCAR HERNÁNDEZ FRÍAS
PARA OBTENER EL TITULO DE
LICENCIADO EN EDUCACION PRIMARIA
CHIHUAHUA, CHIH., DICIEMBRE DEL 2002.
INTRODUCCION
En la actualidad, en el Estado de Chihuahua, el inspector escolar es considerado un
elemento importante en la estructura de la Secretaría de educación y cultura; es el enlace
entre las escuelas y la autoridad educativa ya través de quien se percibe la situación en que
se encuentran los centros educativos al realizar la supervisión escolar; sin embargo al
llevarla a cabo, se observa que en ella se encuentra presente el predominio de labores
administrativas, y por lo tanto, el descuido de acciones académicas.
En el presente ensayo se considera pertinente iniciar, apoyado por la experiencia en el
trabajo docente y en referencias teóricas, con un punto de vista personal de la educación en
forma general, tratada ésta como el resultado de un proceso en constante renovación; en él
se abordan aspectos que el maestro debe reflexionar en la orientación de la enseñanza para
que el alumno durante el proceso de construcción de su aprendizaje logre los propósitos que
se establecen en el Plan y programas de estudio, además de considerar al educando como el
destinatario principal de la acción educativa.
Así mismo, se presentan los tipos de interacciones que se propician en el aula y las
finalidades que persigue la educación a través del tiempo y con la sociedad misma.
Más adelante se aborda la importancia de la evaluación educativa, las prácticas de
algunos docentes con concepciones distintas sobre el particular y cómo éstas impactan en la
toma de decisiones para reorientar el proceso de enseñanza-aprendizaje y los tipos de
evaluación que se sugiere utilizar en el transcurso del mismo, así como el aspecto
normativo que regula la evaluación en el sistema educativo nacional.
A continuación se encuadra al lector en una breve reconstrucción histórica por la que
ha transitado la figura del inspector escolar; en ella, se describen algunos elementos que
han intervenido para que éste privilegie la función administrativa en detrimento de la
función académica, contraviniendo la Ley General de Educación en su artículo 22, donde
refiere que en las actividades de supervisión se deben priorizar aquéllas de carácter técnico-
pedagógico, con respecto de las que se mencionan de índole administrativo, con el fin de
lograr un adecuado desempeño en la labor docente; además el ejercicio de su labor, le exige
hoy en día mayor atención a la función académica en el desarrollo de la supervisión escolar.
Así mismo, se describen las funciones administrativas y académicas que el inspector
escolar debe desarrollar en el ámbito de su responsabilidad, que le permitan ampliar su
panorama, así como encontrar más y mejores elementos para tomar decisiones que
respondan a las necesidades en la zona escolar que atiende.
El inspector escolar debe encontrar un equilibrio entre las funciones administrativas y
académicas que realiza, ya que éstas últimas han sido relegadas, teniendo como
consecuencia, en muchos de los casos, la ausencia del inspector escolar en los centros
educativos, lo cual genera que no se tenga el pulso de lo que ocurre en las escuelas, además
de que se propicia la simulación y las prácticas destacadas no se conocen, quedando como
esfuerzos aislados que contribuyen en menor grado a elevar la calidad de la educación, lo
anterior contribuye en forma negativa para favorecer el liderazgo académico de los
directores. Es por ello que se requiere fortalecer la función académica del inspector escolar.
Por último, se presentan alternativas que apoyan la función académica del inspector
escolar, en el intento por generar un liderazgo académico que permita establecer un
equilibrio entre la función administrativa y la función académica al momento de realizar la
supervisión escolar.
DESARROLLO
Un aspecto importante en la vida del ser humano es el acceso a la educación formal,
pues ésta, le permite desarrollar plenamente sus capacidades para enfrentarse positivamente
a un medio social determinado e integrarse a él y tener una vida más satisfactoria. La
educación es el resultado de un proceso en constante renovación sujeto a los diferentes
factores que intervienen para su conformación, en él se presenta de manera no escolarizada:
la familia, la comunidad y los medios masivos de comunicación.
En el proceso de educación escolarizada o institucional intervienen factores como: los
propósitos establecidos en el Plan y programas de estudio, los contenidos curriculares, la
dinámica propia del centro educativo, la forma en que se presenta la interacción e
interrelación en el proceso áulico entre los actores, los materiales y los métodos educativos.
Al hablar de educación, resulta necesario abordar la actividad docente como la
actividad institucionalizada en la cual se planifica, conduce, orienta y evalúa el aprendizaje
de los alumnos; es aquí en la enseñanza escolarizada donde aparece un proceso ineludible
de tratar que se presenta en el ejercicio áulico: el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Señalar que el maestro es quien enseña y el alumno es a quien le corresponde la tarea
de aprender parece simple; sin embargo, quizá no lo sea tanto al interiorizar un poco sobre
el papel que juega cada uno en su interacción con la finalidad de alcanzar el logro de este
proceso.
El maestro, en su práctica docente recibe una propuesta pedagógica que comprende
qué, cómo y cuándo enseñar, dicho de otro modo, los contenidos curriculares, la
metodología, las evaluaciones y metas que deben ser alcanzadas en determinadas fechas,
aunado a lo anterior, debe manejar su propia personalidad así como poner en juego su
concepción educativa particular, es decir, la forma en que él concibe la educación llevando
a cabo el acto educativo. Conocer estos elementos, permite visualizar líneas de trabajo para
realizar una supervisión adecuada, lo cual contribuye a fortalecer la función académica del
inspector escolar.
El alumno es el sujeto de aprendizaje, no puede otra persona aprender por él, desde
que nace hasta que muere va a desarrollar su propio proceso de aprendizaje, puesto que el
sujeto que aprende es un único individuo. En este proceso el maestro debe considerar la
edad cronológica, los conocimientos previos, orientar los contenidos de aprendizaje para
que sean de su interés, que tenga la oportunidad de que los objetivos, instrumentos,
materiales y ejemplos que se le presentan en su aprendizaje, al manejarlos sólo, en
compañía del maestro o de otros niños, le permitan construir el concepto, noción o
habilidad significativa que se trata de enseñar; lo anterior, bajo el respeto de su desarrollo
físico y mental, así como los distintos estilos de aprendizaje que se presentan en él, desde la
vía auditiva, visual o kinestésica hasta la comprensión de varias de ellas.
Las ideas anteriores permiten reflexionar sobre cómo "la formación de los docentes
en las escuelas normales o en la universidad debe estar centrada más en comprender cómo
aprende el niño, que en conocer cada una de las didácticas especiales"1, de lograr esto, sería
más fácil para el docente en formación comprender mejor la didáctica de la enseñanza de
las matemáticas, del español, de la historia y demás asignaturas que comprenden el Plan y
los programas de estudio, cuando ha interiorizado en la comprensión del proceso de
aprendizaje del alumno.
1 GÓMEZ Palacio Margarita. El niño y sus primeros años en la escuela. México, SEP, 1995,p.75
También es cierto que la educación no puede limitarse a proporcionarle al alumno
solamente aquello que le sea útil en la etapa de desarrollo por la que pasa, además debe
ofrecerle elementos que le permitan desarrollarse en forma adecuada en un mundo que
debemos poder anticipar, en el del futuro.
La educación tiene un objetivo externo que le da significado a la escuela y éste es el
de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida actual y futura de los alumnos,
considerados éstos, como agentes activos de su propia transformación, la de su entorno
social, político y por consecuencia con impacto en la calidad de los procesos de desarrollo
de la sociedad.
El Plan y programas de estudio de 19932 establece como tarea prioritaria a la escuela
ya la labor docente, el desarrollo de las habilidades intelectuales básicas: la lectura, la
escritura, el uso de las matemáticas para resolver problemas, la capacidad de seleccionar y
usar información; es decir, las aptitudes para atender con creatividad y eficacia las
cuestiones prácticas de la vida cotidiana para que el alumno continúe con su aprendizaje
autónomo.
Para conocer el nivel de desarrollo de las habilidades antes mencionadas, es necesario
evaluar su proceso tal como lo exige la Ley General de Educación en el artículo 50: "La
evaluación en los educandos comprenderá la medición en lo individual de los
conocimientos, las habilidades, las destrezas y, en general del logro de los propósitos
establecidos en los planes y programas de estudio"3, así como una transformación profunda
de las concepciones y formas más usuales de la evaluación utilizadas en la escuela que
posibiliten superar los prejuicios y las prácticas arraigadas que reducen la evaluación ala
medición y la acreditación.
2 SEP Plan programas de estudio 1993. Educación Básica Primaria. México, 1993. p.13. 3 SEP Artículo 3° Constitucional y Lev General de Educación. México, 1993, p 74.
El inspector escolar debe estar muy atento a las prácticas del proceso educativo que
se vive en las escuelas y cómo éste debe ser evaluado en todas sus dimensiones,
considerando las diferentes concepciones inherentes al mismo.
Es interesante encontrar, y no en muy pocos casos, docentes que colocan
calificaciones en las distintas asignaturas; basados única y exclusivamente en el resultado
que arroja un instrumento de evaluación, un examen que solo proporciona datos de un
aspecto, de un rasgo del proceso de aprendizaje del alumno; y es que, si uno de los
propósitos de la educación que imparte el Estado es "contribuir al desarrollo integral del
individuo, para que ejerza plenamente sus capacidades humanas"4, entonces, la evaluación
como medio y elemento retroalimentador utilizada con frecuencia para observar si lo
anterior ocurre en el alumno, debería también, ser congruente con este principio.
La simple reflexión de la información que proporciona el examen con respecto de un
proceso, muestra que el resultado no sólo evalúa al alumno; también es evaluado el
instrumento, el docente y las condiciones en que se presenta dicho proceso. Hoy en día,
sólo se ha evaluado el aprendizaje de los alumnos ya través de los resultados obtenidos por
éstos, se muestra la excelencia o deficiencia del sistema de evaluación utilizado
actualmente.
Es necesario evaluar al interior del centro escolar para mejorar los resultados y la
calidad de su funcionamiento, son los protagonistas de la acción educativa quienes
primeramente deben evaluarla: reunir datos de modo riguroso y sistemático, analizarlos,
obtener conclusiones, valorarlos y tomar decisiones para perfeccionar su proceso y
rendimiento.
En la evaluación generalmente se han aplicado procesos de tipo cuantitativo; sus
resultados se han expresado a través de números o porcentajes y sus valoraciones suponen
manifestar el avance o grado de rendimiento que se consigue.
4 Ibid. P.50
La práctica del enfoque cuantitativo y numérico en la evaluación tiene sus
limitaciones, sobre todo si el maestro solo considera el resultado obtenido por el alumno en
el examen de cualquier asignatura y lo reconoce como la calificación parcial de la misma,
estas limitaciones suelen presentarse cuando al solicitarle información con respecto del
proceso de aprendizaje de sus alumnos en sus diferentes momentos, solo tiene referencia
numérica que proporciona datos como: cantidad de aprobados y reprobados, porcentaje de
aprovechamiento y nada más, al final solo existen números que ofrecen información
incompleta, "los números no dan cuenta de los por qué"5, no se conoce que es lo que el
alumno domina y en que falla, en que parte del proceso se presentan dificultades que
impiden conseguir los resultados planeados y por lo tanto hace más difícil la toma de
decisiones.
La idea anterior alude a la incapacidad del dato numérico para ofrecer información
del proceso de aprendizaje del alumno, sin embargo lo relevante quizá no sea el propio
número sino los elementos que intervinieron para constituirlo.
Es difícil que el maestro pueda escapar a la utilización del número para establecer
valoraciones sobre el proceso de aprendizaje en sus alumnos, más aún cuando el sistema
educativo se lo exige a través del documento institucional de acreditación que emite la
Secretaría de Educación Pública como lo son: la boleta de calificaciones y el registro de
inscripción asistencia y evaluación en los que el docente coloca valoraciones del 5 al 10 en
cinco momentos, tal y como lo establece entre otras cosas el Acuerdo 200.
Hasta este momento solo se ha expuesto a los maestros con una visión muy reducida
en su concepto de evaluación, aquellos que en este proceso se dedican solo a la revisión de
exámenes para extraer de éste una calificación que será parcial o final del proceso
utilizando un solo criterio para asignarla: el simple examen, que en el peor de 'os casos
impacta en la boleta de calificaciones del alumno.
5 CASANOVA, María Antonia. La evaluación educativa. Madrid, España,1998, p.121
Afortunadamente cada vez son más los maestros que incorporan valoraciones de tipo
cualitativo, esto se debe a algunas razones, entre otras, porque el nivel de estudios
alcanzado les permitió enriquecer y ampliar su concepto sobre la evaluación, además, no
han sido contaminados por esas concepciones de maestros que de manera económica
utilizan un solo criterio en el proceso de evaluación y porque tienen presente el aspecto
formativo que tiene la educación.
Estas valoraciones de tipo cualitativo se presentan en los registros de : tareas, trabajo
en equipo, exposiciones, elaboración de maquetas, revisión de cuadernos, participaciones
individuales en clase, entre otros, como producto del trabajo que realizan los alumnos
dentro y fuera del salón de clases y de la interacción entre ellos, su maestro, los materiales
que se le presentan y los contenidos que abordan para lograr los propósitos que se
establecen en cada asignatura.
El maestro al utilizar un instrumento de evaluación para saber si los alumnos lograron
estos propósitos, no debe dejar en el olvido esta valiosa información; la valoración
representada por un número producto de la revisión del examen, debe incorporar los
elementos antes mencionados para que al fusionar estas valoraciones permita obtener un
juicio de valor más completo, y entonces al recordar que el número dice muy poco, resulta
pertinente enunciar que no interesa que sea el propio dígito el que proporcione información;
la intención es que el maestro con todos estos elementos, se manifieste así mismo ya quien
lo solicite, los por qué de la valoración realizada, que aún y cuando ésta se concentra en un
número, en su proceso de construcción, le permita al docente: mantener informados
periódicamente a los padres sobre el desempeño de sus hijos y establecer compromisos para
apoyarlos en su formación integral, reorientar los aprendizajes no alcanzados por los
alumnos y sus hábitos en el aula, así como la metodología y materiales de apoyo que utiliza
y apoyarse en sus registros para regular y tomar decisiones que contribuyan en la
reorientación oportuna del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Como ya se mencionó anteriormente, las acciones e interacciones que se presentan
dentro del aula constituyen una fuente de información evaluativa porque se acercan más a
lo que ocurre en el proceso enseñanza-aprendizaje, constatan lo que los maestros y alumnos
realmente hacen y expresan, los docentes como responsables de conducir la tarea educativa
así como de evaluarla deben considerar lo anterior, pues son los primeros usuarios del
producto de la información obtenida, es por esto que adquiere relevancia el uso de registros
que le permitan, por un lado conocer las causas del estado actual del proceso de aprendizaje
de sus alumnos, utilizar esta información para reorientarlo, además de potenciar éste, ya la
vez aplicar un proceso de evaluación más completo e integral.
La evaluación, como lo menciona María Antonia Casanova6, esta presente a lo largo
del proceso de enseñanza-aprendizaje y de acuerdo a los momentos en que se aplica, esta
puede ser: inicial, continua y final.
Evaluación inicial
Se aplica al comienzo de un proceso evaluador y se le conoce comúnmente como la
evaluación de diagnóstico, ésta se realiza debido a que los alumnos no inician de cero y
tiene como propósito detectar su situación de partida, por lo tanto, la información que se
obtiene en esta aplicación es de vital importancia para el maestro, pues al darse cuenta del
conocimiento previo del alumno, éste le permite adecuar la enseñanza a sus cond1ciones de
aprendizaje.
La evaluación de diagnóstico se aplica a los alumnos que inician su educación
escolarizada y los que continúan en ella, generalmente se utiliza al inicio del ciclo escolar,
aunque también debiera aplicarse a los alumnos que llegan por primera vez a un centro
educativo para continuar su formación, para realizar esta etapa de evaluación en el
subsistema educativo estatal, los maestros emplean un instrumento diseñado por la Unidad
de Servicios Técnicos (organismo técnico pedagógico que apoya la tarea de los maestros
estatales) que contempla contenidos curriculares abordados en las asignaturas del grado
6 Ibid. P.91.
escolar anterior al que cursa el alumno, los resultados de su aplicación son vaciados en un
formato proporcionado por la misma institución, en el transcurso de la última década
aproximadamente, ésta le ha solicitado al maestro en forma grupa! y por asignatura:
cantidad de aciertos obtenidos, calificación yen otros casos porcentaje de aprovechamiento;
estos concentrados muestran claramente en la intención de su solicitud el predominio del
enfoque cuantitativo de la evaluación.
El propósito de obtener los conocimientos previos del alumno a través de la
evaluación diagnóstica que teóricamente es reconocida por los maestros' en la práctica
pierde consistencia, pues se observa que son pocos los docentes que rescatan esos
importantes insumos que le proyecta el resultado de este ejercicio y que además, los
incorporan a su plan de clase para facilitar el proceso de aprendizaje del alumno y con ello
lograr establecer una correspondencia de lo que se dice en teoría con lo que se hace en la
práctica.
Evaluación continúa
Conocida también como evaluación procesual, se basa en la obtención sistemática de
datos y análisis de los mismos sobre el constante aprendizaje del alumno y la enseñanza del
profesor, permite tomar con oportunidad decisiones mientras tiene lugar el proceso.
Esta evaluación primordialmente de carácter formativo, pues al estar con el continuo
registro de datos, en su análisis permite hacer adecuaciones en el proceso mismo dando
respuesta ágil a las dificultades que presenta: el alumno en su aprendizaje o el maestro en
su enseñanza; llevarla acabo en forma rigurosa hace más eficiente este proceso, es en él
donde se muestran las fallas y el funcionamiento de los elementos que actúan
positivamente, el maestro al tener claridad en ello, de inmediato subsana unos y retuerza
otros, más adelante consolida o reorienta las líneas de acción utilizadas en su tarea
educativa.
Al utilizar esta evaluación, el maestro la convierte en una valiosa herramienta para
reorientar su práctica docente y buscar siempre que la mayor(a de sus alumnos alcancen los
objetivos propuestos; al no llevar este registro contará con menos elementos para brindarles
apoyo, además al no visualizar claramente la dificultad de comprensión que se presenta en
uno o varios alumnos, cuando se percata de ello, generalmente es tarde y al intentar
apoyarlos quizá hayan perdido el interés y peor aún que no se encuentren en condiciones
para combinar algunos aprendizajes simultáneos y en consecuencia no puedan seguir al
mismo ritmo del grupo.
Evaluación final
Tiene una función formativa y otra sumativa; se trata de una evaluación formativa y
final cuando al término de un proceso parcial: una lección, trabajo, contenido, jornada o
bimestre, la valoración es utilizada para orientar la enseñanza al tipo de aprendizaje del
alumno o para retroalimentar el plan de clase del profesor en la búsqueda más adelante de
mejorar el proceso; la evaluación sumativa y final es utilizada para certificar u otorgar un
título.
La evaluación no debe utilizarse como instrumento para la promoción u obtención de
un título ni como factor exclusivo de comprobación de lo que se aprende, no es el fin de la
educación, en todo caso es un medio para la formación de juicios de valor que permiten
tomar decisiones adecuadas para continuar la formación educativa y mejorar
progresivamente; no se enseña para aprobar ni se aprende para pasar, "se enseña y se
aprende para alcanzar una plena e integral formación como persona"7.
Los elementos que el maestro incorpora para otorgar una calificación lo más cercana
a una evaluación integral son importantes como también, conocer las aspectos normativos
que regulan la asignación de estas evaluaciones al plasmarlas en la boleta de calificaciones
que emite la SEP (Secretaría de Educación Pública) al igual que el Registro de Inscripción
Asistencia y Evaluación, que deben ajustarse a lo dispuesto en el Acuerdo 200, así como el
7 Ibidem, p. 70.
documento de Normas de Inscripción, Reinscripción, Acreditación y Certificación para
Escuelas Oficiales y Particulares Incorporadas al Sistema Educativo Nacional de Educación
Primaria, que proporciona la SEP al inicio del ciclo escolar en el que se establecen los
lineamientos para el registro correcto de datos en la boleta de calificaciones.
Boleta de calificaciones Normas de Inscripción,
Reinscripción, Acreditación y
Acuerdo 200 Certificación
Registro de Inscripción,
Asistencia y Evaluación
El Acuerdo 200 establece las normas de evaluación del aprendizaje en educación
primaria, secundaria y normal, en el que manifiesta que es obligación de las escuelas
oficiales y particulares incorporadas que imparten educación en estos niveles, evaluar el
aprendizaje de los alumnos en forma permanente a lo largo del ciclo escolar mediante
procesos pedagógicos adecuados que conduzcan a tomar decisiones oportunas para regular
la eficiencia de la enseñanza y el aprendizaje; las calificaciones otorgadas serán
congruentes con las evaluaciones del aprovechamiento logrado por el alumno de acuerdo a
los propósitos de los programas de aprendizaje, éstas se asignarán con números enteros del
5 al 10 en cinco momentos durante el ciclo escolar, para obtener la calificación final de
cada asignatura se promediarán las calificaciones parciales; el alumno aprobará ésta si
obtiene un promedio mínimo de 6, en las asignaturas de educación física como en
educación artística, la calificación se otorgará al educando en atención a la regularidad en
su asistencia, el interés y la disposición para el trabajo individual y grupal.
Los alumnos así como los padres de familia o tutores deberán ser informados con
oportunidad de las calificaciones parciales para atender las necesidades de apoyo que el
docente requiere en la evaluación del proceso educativo, finalmente, los procesos para la
promoción, acreditación así como la regularización de los alumnos, se realizará de acuerdo
a las disposiciones que establezca la SEP; este acuerdo se aplica a partir del ciclo escolar
1994-1995. El inspector escolar debe asumir un compromiso fundamental en la vigilancia
del trabajo que con motivo de la evaluación se realiza en las escuelas a su cargo, así como
la aplicación y observancia de los lineamientos establecidos en dicho acuerdo.
El inspector escolar, como elemento de la estructura educativa, realiza la función de
enlace entre las escuelas y la Dirección de educación básica; es quien aporta la información
y los materiales pertinentes para la realización del trabajo ya través de quien se percibe la
situación que guardan las escuelas y las necesidades que manifiestan. Además, el trabajo de
supervisión que realiza es importante para generar insumos que le permitan diagnosticar,
elaborar proyectos, aplicarlos, evaluarlos y así establecer procesos de mejora continua; sin
embargo, son pocos los que realizan su función académica, pues en la mayoría de los casos
los inspectores escolares privilegian las labores administrativas y descuidan las académicas.
Para tener un acercamiento a la comprensión del por qué ocurre esto en la función
que el inspector escolar desarrolla, es necesario analizar el contexto en que se ha
desempeñado; conviene entonces recuperar aquellos antecedentes que explican por qué los
patrones, las prácticas y los procesos de la supervisión son el resultado de las normas, de la
costumbre y de las condiciones históricas de la situación concreta; sin conocer la faceta del
pasado, sería difícil entender el funcionamiento actual de quienes ejercen la tarea de super-
visión, pues lo que hoy allí sucede, tiene que ver con lo que sucedió ayer y por tanto, lo que
allí suceda mañana tendrá que ver con lo que está sucediendo hoy.
Los nombramientos para ocupar el cargo de Inspector Escolar, considerado éste por
mucho tiempo como puesto de confianza, eran otorgados por los líderes sindicales en turno
bajo el auspicio de la autoridad gubernamental, sin pasar por ningún proceso de selección
profesional ni de capacitación; en 1994 el cargo desaparece como puesto de confianza para
ser considerado como plaza base, se reactiva la Comisión estatal mixta de escalafón y por
medio de ésta se somete a concurso las plazas vacantes en este rubro, en el que se
considera: antigüedad (años de servicio), preparación académica (nivel de estudios
alcanzado) y créditos especiales (participación en academias, seminarios, talleres,
diplomados, entre otros).
Aunque se presentan deficiencias debido a que en el mismo orden tienen relevancia
los puntajes obtenidos por los participantes, pues son los de mayor antigüedad, en la
mayoría de los casos quienes logran acceder a estas plazas y el reglamento les permite
jubilarse inmediatamente al cumplir 28 y 30 años de servicio en el caso de las maestras y
maestros respectivamente, generando con ello la falta de continuidad en la labor
administrativa, pero sobre todo, en la académica que se desarrolla en la zona, aún así, es un
logro que por méritos propios ocupen estos puestos sin compromisos de ninguna índole
más que el de asumir con responsabilidad el ejercicio de sus funciones.
En los últimos años en el subsistema educativo estatal, las principales líneas que
atiende la supervisión escolar como lo son la función administrativa y la función
académica, han experimentado cambios en la figura que ha tenido la responsabilidad de
realizarlas; lo anterior, producto de la alternancia política del poder en el estado de
Chihuahua.
Hace una década, el inspector escolar ejecutaba ambas funciones, la tarea de realizar
la supervisión académica y administrativa en los centros educativos recaían en él,
observando situaciones encontradas en esta labor, pues, mientras en una zona escolar
constituida por 6 escuelas era relativamente fácil desarrollar ambas funciones, en otras,
integradas por 32 centros escolares con una gran extensión territorial y con difíciles
condiciones geográficas de acceso, atenderlas con cierto grado de eficiencia era
prácticamente una proeza que requería de un alto compromiso y responsabilidad, además
de inversión económica y tiempo por parte de quien asumía este puesto laboral.
En 1994 bajo estas mismas circunstancias y con la finalidad de que el gobierno
tuviese un mejor control de las acciones en materia educativa, se argumentó que no es
posible que una sola persona desempeñara con eficiencia ambas funciones, es en este
momento en que la figura del inspector escolar tuvo una restricción en una de sus
ocupaciones limitándolo a realizar solo tareas académicas, esto, debido a que la autoridad
educativa en turno, instituyó la figura del inspector administrativo quien ejercería en
adelante este tipo de funciones, además, de tener una estrecha relación con el entonces
Departamento de Educación.
De esta manera, desapareció por un tiempo la figura del inspector escolar para dar
paso al surgimiento del inspector académico y del inspector administrativo con el fin de
hacer cumplir la meta fijada por la autoridad educativa.
Si bien es cierto que la idea tenía sentido, lo anterior no se logró por diversos
factores: el contexto adverso en el sector educativo debido al conflicto gobierno-magisterio,
un manual de funciones para inspectores académicos y administrativos con ambigüedades
que provocó enfrentamientos y por consecuencia una mala relación, directivos y maestros
desorientados por no saber con quien acudir para solicitar o plantear alguna situación,
confusión de los inspectores académicos (antes escolares) en la línea de trabajo poco ex-
plorada y ejercida en su anterior función, además, falta de apoyo en asesoría, capacitación y
actualización por parte de la autoridad educativa, entre otros.
Sin embargo, la delimitación de esta tarea en el inspector académico le fue útil para
realizar un análisis introspectivo y darse cuenta del complemento importantísimo de la
supervisión escolar, reconocer sus debilidades ante la práctica de una supervisión integral y
generar en él la preocupación por acercarse a instancias que le apoyaran en el aspecto
académico, sin embargo el resultado del fuerte enfrentamiento entre gobierno y magisterio,
limitó la función académica del inspector durante varios años.
En octubre de 1998, la actual administración tomó posesión de la gubernatura e inicia
de inmediato las negociaciones con el sindicato, como resultado de las mismas, convinieron
que los cargos de supervisión administrativa asociados con la administración anterior
fueran eliminados; por tanto, los inspectores académicos volvieron a tomar control de todos
los aspectos de la supervisión y se restableció la figura del inspector escolar.
Recientemente, en algunas regiones del Estado, se aplicó por parte de la autoridad
educativa y sindical un proceso de rezonificación que consistió en agrupar las escuelas por
sector y generar nuevas zonas escolares, permitiendo que la cantidad de escuelas por zona
disminuyera considerablemente y con ello favorecer el trabajo de supervisión escolar. Al
disminuir las problemáticas de corte administrativo, se generó la posibilidad de tener un
acercamiento más frecuente con el personal de las escuelas.
Al considerar lo anterior, se puede decir que se está en el mismo punto de partida de
hace algunos años en cuanto a que es una sola persona quien realiza la función de
supervisión, aunque bajo otras condiciones, pero con la misma necesidad: rescatar el
liderazgo académico en el inspector escolar que le permita balancear la función
administrativa y la académica para acercarse a lo que plantea la Ley General de Educación
en su artículo 22 "En las actividades de supervisión las autoridades educativas darán
preferencia, respecto de los aspectos administrativos, a los apoyos técnicos, didácticos y
demás para el adecuado desempeño de la función docente"8
8 SEP. Articulo 3° Constitucional v Lev General de Educación. México, 1993, p. 62
El inspector escolar debe orientar y asesorar a directivos y docentes sobre las normas
y lineamientos que establece la Secretaría de educación y cultura para ofertar el servicio
educativo, así como la responsabilidad que cada uno asume en esta tarea y verificar que el
ejercicio de la labor que desempeñan se ajuste a las disposiciones establecidas, además es el
enlace y coordinador de las distintas instancias que se relacionan con el apoyo y operación
del servicio de educación primaria que se realiza al interior de la zona escolar; por lo tanto,
como las normas y lineamientos en los aspectos administrativo y académico son regulados
en los centros educativos a través de él, resulta de vital importancia encontrar la
coordinación y el equilibrio en la práctica de estas funciones que le permitan ofrecer un
funcionamiento integral del servicio educativo que proporciona como inspector escolar en
el nivel de primaria.
Para lograr lo anterior requiere de una percepción global del quehacer educativo en la
zona escolar, seleccionar los elementos que permitan guiar a los centros escolares en la
búsqueda de mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje, así como "impulsar con armonía
las acciones educativas de todos los involucrados bajo un ambiente de respeto y
cooperación.
Existen dos líneas generales en la función que desempeña el inspector escolar: la
administrativa y la académica, mediante estas líneas de acción, impulsa, orienta y supervisa
el desarrollo de la tarea educativa en su zona escolar y ejerce medidas de su competencia
para garantizar su buen funcionamiento. Dentro de las funciones administrativas, destacan
algunos aspectos como los que se mencionan a continuación:
En planeación y programación:
Atender las necesidades de ampliación, adaptación o reparación mayor en los
edificios escolares, realizando el trámite correspondiente ante el IPCE (Instituto de
Planeación y Construcción de Escuelas) quien será el responsable de validar y autorizar
estas acciones.
Requisitar los documentos para el trámite de autorización de escuelas de nueva
creación ante la División administrativa de primaria y verificar sea incluida en el programa
anual de crecimiento de la Dirección de planeación.
Integrar el concentrado de necesidades de personal administrativo, docente frente a
grupo, clases especiales (artísticas, música y educación física), así como el de USAER
(Unidad de servicios de apoyo a la educación regular) y remitirlo a las divisiones
administrativas de los niveles de primaria.
Concentrar, revisar y validar la información estadística que se genera en las escuelas
y presentarla en la División administrativa de primaria.
En recursos humanos:
Formular propuestas para cubrir los espacios generados por maestros en los centros
escolares producto de licencias médicas o licencias por asuntos particulares (interinatos de
15 días hasta 5 meses y medio) y tramitarlas ala División administrativa de primaria.
Elaborar y actualizar la plantilla de personal y el directorio de zona de acuerdo a los
movimientos que se realizan durante el ciclo escolar e informar a la autoridad
administrativa correspondiente.
Otorgar los tres días de permiso económico al personal directivo de los centros
educativos y validar con el visto bueno los que corresponden a los docentes de acuerdo al
Reglamento de las condiciones generales de trabajo del personal de la Secretaria de
Educación Pública.
Verificar que los trámites que se producen por los movimientos e incidencia de
personal, se elaboren de acuerdo a las disposiciones establecidas en la circular normativa de
inicio de curso que emite la Secretaría de educación y cultura a través de la dirección de
educación básica.
Mediar entre los intereses del directivo y el personal escolar, así como los de la
comunidad con éstos, al presentarse dificultades en la aplicación de sus funciones.
En recursos materiales:
Promover que las escuelas pertenecientes a la zona escolar solucionen sus
necesidades de material y equipo y éstas se mantengan y conserven a través de la aplicación
de sus ingresos propios.
Apoyar a los directores escolares en las peticiones que en materia de conservación y
mejoramiento no se les ha resuelto y canalizarlos a la instancia correspondiente para que les
den respuesta.
Verificar que los bienes que adquieren los centros escolares a través de la aplicación
de ingresos propios y los que reciben por parte de la Secretaría de educación y cultura
causen alta en el inventario de los planteles educativos, así como observar aquellos que
están en desuso para que se autorice la baja o se sustituya.
En recursos financieros:
Vigilar que los directores ejerzan los ingresos propios de acuerdo alas normas,
lineamientos y procedimientos que para efectos establece la dirección de educación básica.
Facilitar el trámite de deducible de impuestos que solicitan a directivos con motivo de
donaciones de empresas o particulares que realizan a los centros educativos, canalizándolos
a la instancia correspondiente.
En control escolar:
Solicitar al Departamento académico de primaria los documentos necesarios para la
operación de las normas de inscripción, reinscripción, acreditación y certificación de los
alumnos.
Vigilar que los directores escolares apliquen adecuadamente los criterios de
inscripción para los alumnos de nuevo ingreso en el periodo de inscripciones adelantadas
que se programan en febrero, así como en la inscripción definitiva que se realiza al término
del ciclo escolar de acuerdo a lo establecido en la circular normativa para inscripciones que
emite la Secretaría de educación y cultura.
Valorar las inconformidades que envían padres de familia, docentes y directores a la
inspección escolar producto de la aplicación de los procesos de inscripción y reinscripción
para solucionarlas o en su defecto turnarlas ala instancia correspondiente.
Enviar al Departamento de informática el concentrado de la información relativa a la
certificación de sexto grado para su procesamiento.
Recibir del Departamento de informática los certificados de estudio por escuela y
distribuirlos a los directores correspondientes para que sean entregados a los alumnos.
Canalizar hacia el Departamento de certificación las solicitudes extraordinarias para
expedir duplicados de certificados que plantean los directivos que observan datos erróneos
o eventualidades que presenta el documento.
En servicios asistenciales:
Dar a conocer a los alumnos a través de los directivos las convocatorias que se emiten
para el otorgamiento de estímulos económicos por parte de la Comisión estatal de becas.
Constatar que la documentación de los solicitantes se realice en la zona escolar de
acuerdo a las disposiciones de la Comisión estatal de becas.
Enviar la documentación de los solicitantes a la Comisión estatal de becas para su
atención.
Confirmar que los becarios reciban el cheque de acuerdo a lo dispuesto por la
Comisión estatal de becas.
Proporcionar información sobre la programación y condiciones de las escuelas que
reciben apoyos de los programas de PAREIB (Programa para abatir el rezago en educación
inicial y básica), PROGRESA (Programa de educación, salud y alimentación), actualmente
OPORTUNIDADES y Ver bien para aprender mejor, así como los de campañas de salud en
las que son beneficiadas.
En extensión educativa:
Brindar asesoría al personal directivo sobre la integración y funcionamiento de:
Asociación de padres de familia, Comité administrador de la parcela escolar y de las
comisiones de ahorro y cooperativa escolar, así como la integración y funcionamiento de
los Consejos escolares de participación social en las instituciones educativas a su cargo.
En organización escolar:
Vigilar que en las escuelas la asignación de maestros para cubrir la necesidad
educativa y la conformación de los grupos se lleve acabo de acuerdo a las normas y
lineamientos de la dirección de educación básica.
Estudiar las propuestas originadas en los centros esclares en relación a una forma de
organización y funcionamiento particular y enviarla a la dirección de educación básica.
Con respecto a las actividades académicas, se mencionan a continuación algunos de
los aspectos de fundamental importancia para el buen funcionamiento de la zona escolar:
En planeación y programación:
Integrar las necesidades de los maestros en relación a tos libros de texto para el
alumno, libros de apoyo para el maestro, ficheros, auxiliares didácticos y encontrar los
mecanismos para cubrirlas.
Elaborar y presentar al Departamento académico de primaria, el plan anual de trabajo
de zona escolar, basado en las actividades a realizar en la circular normativa de inicio de
curso que emite la Secretaría de educación y cultura, los propósitos establecidos en las
comisiones del Consejo técnico de zona, las programaciones de los directores escolares y
en su caso en las metas del proyecto de gestión escolar de zona.
En recursos humanos:
Diagnosticar las necesidades de actualización y capacitación del personal de los
centros escolares, canalizarlas al Departamento académico de primaria, la UST (Unidad de
servicios técnicos), Centro de maestros u otras instancias y darle seguimiento para
garantizar su atención.
Expedir a directivos las constancias para efectos escalafonarios y otorgar el visto
bueno a las que presentan el personal docente y manual adscrito a su zona escolar.
Evaluar al término del ciclo escolar el desempeño de los directivos mediante el
formato de escalafón horizonta1 {instrumento que se utiliza para evaluar el desempeño del
personal magisterial sindicalizado) que presenta y dictamina la Comisión estatal mixta de
escalafón.
Enviar la evaluación de que fueron objeto los directivos a la Comisión estatal mixta
de escalafón en los tiempos que establece para revisar y en su caso dictaminar.
En extensión educativa:
Integrar el Consejo técnico de zona a efecto de fortalecer la planeación, desarrollo y
evaluación de las actividades educativas y resolver las dificultades que se presentan al
llevarlas acabo.
Vigilar que en las escuelas se integren los Consejos técnicos de escuela y éstos
funcionen de acuerdo a los lineamientos que establece el Departamento académico de
primaria.
Tramitar ante el Departamento académico de primaria, las solicitudes de viajes de
estudios que presentan los centros educativos con la finalidad de reafirmar algunos
contenidos del Plan y programas de estudio, así como los de fin de cursos para estimular el
esfuerzo de los alumnos y vigilar se cumpla con los lineamientos que para tal efecto
establece la Dirección de educación básica. Verificar que las bibliotecas de escuela y de
aula funcionen de acuerdo a los propósitos que establece el PNL (Programa nacional de
lectura).
Identificar las dificultades al aplicar el Plan y programas de estudio que se derivan de
las condiciones económicas, socio-culturales en la zona escolar y proponer a la Dirección
de educación básica las posibles soluciones.
Promover en los centros escolares la participación en eventos cívico culturales que
programa el área de fortalecimiento y difusión cívico-cultural de la Dirección de educación
básica al inicio del ciclo escolar.
Impulsar campañas de mejoramiento socio-cultural a través de eventos organizados
por la escuela en beneficio de la comunidad y fomentar su interrelación.
Promover el desarrollo de las relaciones de la escuela con la comunidad a través de
eventos escolares en los que asistan autoridades locales o representaciones cívicas y
sociales.
En materia técnico-pedagógica:
Implementar en la zona escolar acciones que contribuyan a mejorar los indicadores
educativos de aprovechamiento y eficiencia terminal y disminuir los Indices de reprobación
y deserción.
Convocar en reuniones periódicas de Consejo técnico de zona a directivos para
plantear tareas nuevas, informar del seguimiento de las anteriores y evaluar su
funcionamiento.
Calendarizar visitas de supervisión académica a realizar en los centros escolares en
las que se contemple que el maestro: aplica el Plan y programas de estudio de acuerdo al
nivel de conocimientos del grupo, en su plan de clase al desarrollar el proceso de
enseñanza-aprendizaje vincula la teoría con la práctica escolar, al evaluar el proceso, utiliza
las distintas modalidades de evaluación (inicial, continua y final).
Verificar que las etapas de grupo y escuela en el concurso académico Olimpiada del
conocimiento infantil se lleven a cabo, además de organizar y ser partícipe en la etapa de
zona, así como dar seguimiento a los alumnos que en las distintas categorías (urbana, rural
y particular) avanzan a las siguientes etapas, lo anterior de acuerdo a lo que establece la
convocatoria que emite la Secretaría de Educación Pública.
Asesorar a directivos y docentes sobre la operación de proyectos que implemente la
Dirección de educación básica para contribuir al desarrollo del Plan y programas de
estudio.
Colaborar en el ejercicio académico de visitas de acercamiento alas escuelas que
organiza y programa la Dirección de educación básica por región, donde junto con el
personal del Departamento académico de primaria y la UST (Unidad de servicios técnicos)
permanece durante una jornada de trabajo abordando los aspectos de organización escolar y
práctica docente.
Participar en las acciones de actualización y capacitación para el mejoramiento
profesional que organice la Dirección de educación básica para inspectores escolares.
Gestionar ante el Departamento académico de primaria, valoración académica en
alumnos que sus padres solicitan sean ingresados a primer grado por cumplir seis años una
o dos semanas después de la fecha autorizada y no contar con certificado de preescolar, así
como aquellos que por algún motivo no se han incorporado al Sistema Educativo Nacional
y requieren ser ubicados en un grado escolar específico.
Orientar a los padres de los alumnos con NEE (Necesidades educativas especiales)
para que sus hijos sean atendidos en escuelas que cuentan con equipo de USAER (Unidad
de servicios de apoyo a la escuela regular).
Evaluar los resultados del ejercicio educativo en la zona al final del ciclo escolar, así
como los requerimientos de capacitación o mejoramiento profesional de directores y
docentes, además de las dificultades surgidas en la aplicación del Plan y programas de
estudio.
En materia de escuelas particulares:
Confirmar que la educación que impartan las escuelas primarias particulares
incorporadas a la Secretaría de Educación Pública se ciña al Plan y programas de estudio,
así como a las normas técnico-pedagógicas e informar a la Dirección de educación básica al
presentarse anomalías.
Supervisar por indicaciones del Departamento de certificación e incorporación los
inmuebles y las instalaciones de los particulares que solicitan la incorporación de planteles
de educación primaria a la Secretaría de educación y cultura considerando que: cumplan
con las normas y lineamientos higiénico pedagógicos que se establecen para funcionar
adecuadamente como plantel escolar y que el personal directivo y docente reúnan el perfil
académico requerido por la Secretaría de Educación Pública.
Constatar que las escuelas incorporadas a la Secretaría de Educación Pública
otorguen becas a los alumnos que designe la Comisión estatal de becas e informarle de las
irregularidades que presenten.
Los inspectores escolares que atienden escuelas particulares deben considerar lo
anterior, además de las funciones que ya se han señalado.
Cabe destacar que sólo las ciudades de Chihuahua y Juárez cuentan con zonas
conformadas exclusivamente por escuelas particulares: zona 48 (en la actualidad con 48
escuelas) y zona 40 (con 52 escuelas) respectivamente. En las demás regiones no existen
zonas con estas características; en el resto del Estado se encuentran zonas escolares en las
que aparte de la escuelas oficiales se han incorporado entre una y cinco escuelas
particulares, como también se encuentran zonas que en su integración no cuentan con ellas.
Después de analizar las funciones administrativas y académicas que corresponden al
inspector escolar, se aprecia que en el primer aspecto, se cumplen la mayoría, a excepción
de las relacionadas con servicios asistenciales específicamente el rubro de estímulos
económicos que otorga la Comisión estatal de becas, así como en extensión educativa, en el
que se da una escasa asesoría hacia los directivos sobre la integración y funcionamiento de:
Asociación de padres de familia, comité administrador de la parcela escolar y de las
comisiones de ahorro y cooperativa escolar, así como la integración y funcionamiento de
los consejos escolares de participación social.
Con respecto ala función académica, en recursos humanos no se realiza la tarea de
diagnosticar las necesidades de capacitación y actualización en el personal de los centros
escolares. En extensión educativa, con respecto a los acervos de los Libros del rincón, de
los cuales han sido dotadas todas las escuelas, la mayoría no opera adecuadamente.
Además, no se identifican las dificultades que se derivan de la aplicación del Plan y
programas de estudio.
En materia técnico-pedagógica, no se implementan acciones en la zona escolar que
contribuyan a mejorar los indicadores educativos. Tampoco se calendarizan visitas de
supervisión académica a realizar en los centros escolares. En muchos de los casos, no se
realiza la asesoría a directivos y docentes para operar proyectos de mejora continua. No se
realizan reuniones con los directivos para evaluar los resultados del ejercicio educativo en
la zona al final del ciclo escolar.
En materia de escuelas particulares, resulta difícil lograr que estos centros escolares
se circunscriban plenamente al Plan y los programas de estudio de la Secretaría de
Educación Pública y los libros de texto vigentes.
CONCLUSIONES
El inspector escolar debe preocuparse por incorporar más acciones académicas para
acortar distancia con respecto de las tareas administrativas e incidir en su zona escolar para
elevar los indicadores educativos de aprovechamiento y eficiencia terminal, así como en
disminuir los que se refieren ala reprobación y deserción en los centros educativos; para
ello, se proponen las siguientes líneas de acción:
Solicitar a la autoridad educativa que los inspectores escolares sean incluidos en los
Talleres Generales de Actualización para que tengan la oportunidad de conocer
previamente el contenido de los mismos y cuenten con elementos que les permitan brindar
orientaciones a directivos y docentes y al mismo tiempo estén en posibilidades de verificar
que se atiendan con la metodología y enfoque establecido.
Calendarizar visitas de supervisión diagnóstica al inicio del ciclo escolar con el
propósito de observar las necesidades en alumnos y maestros con respecto de faltantes en
libros de texto y libros de apoyo respectivamente; así como las de capacitación de docentes
y establecer mecanismos para que en el corto plazo sean atendidas.
Generar una cultura de organización y participación en el Consejo técnico consultivo
de zona, que al abordar temáticas sobre las comisiones establecidas, sobre todo, la
relacionada a los asuntos técnico-pedagógicos, en .ejercicio colegiado se propicie la
planeación, seguimiento y evaluación de las acciones que contribuyen a solucionar los
temas propuestos con base a: propósitos, participantes, tareas asignadas, mecanismos para
obtener y procesar información, tiempos para la realización de las distintas acciones y dar a
conocer los resultados obtenidos al término de las estrategias planteadas, con el fin de
plantear nuevas metas y generar compromisos en el colectivo escolar.
Propiciar que en la zona escolar, los directivos se inscriban en cursos y talleres sobre
las diferentes líneas de gestión escolar que ofrece la Secretaría de educación y cultura; así
como PRONAP (Programa Nacional de Actualización Permanente), la UST (Unidad de
servicios técnicos) y Centro de maestros entre otros.
Incidir en el personal de cada centro escolar a su cargo, para que al conocer
convocatorias sobre las diferentes líneas de gestión escolar, participen en el proceso y al
transitar en él les permita adquirir elementos para realizar su diagnóstico, elaborar el
proyecto escolar, establecer metas y mecanismos de seguimiento; así como evaluar los
resultados producto del proyecto y del trabajo colegiado.
Establecer un procedimiento de supervisión escolar que contemple acciones
administrativas y académicas en constante renovación, buscando que éste sea cada vez más
eficiente y brinde elementos al inspector escolar en la toma de decisiones para reorientar la
labor que desempeñan directivos y docentes.
Establecer en el Consejo técnico consultivo de zona, criterios de participación en los
eventos de carácter cívico-cultural y deportivo que programa la Dirección de educación
básica para los centros escolares y obtener un cuadro básico de participación en el que
intervendrán todas las escuelas y dar libertad a éstas para que elijan aquéllas que no
formaron parte del cuadro con la finalidad de disminuir la cantidad de participaciones para
que los docentes se encuentren el mayor tiempo posible con el alumno en clase.
Asistir y participar en los Cepie (Círculos de estudio permanente de inspectores
escolares) que organiza el Departamento académico de primaria y con autorización de esta
instancia programar y realizar con mayor periodicidad aquéllos que los propios inspectores
consideren necesarios para una mejor comprensión en temáticas: Plan y programas de
estudio, componentes del plan de clase, cuadernos de los niños, elementos para el
diagnóstico del proyecto escolar, materiales didácticos, estrategias de aprendizaje, apoyos a
la supervisión académica.
Verificar el funcionamiento de las bibliotecas de aula y de escuela en relación a:
espacios, responsables, al alcance de los alumnos para lectura de consulta, horarios para
lectura por placer, si existe un catálogo actualizado con la clasificación de los libros, así
como atender las necesidades de capacitación para eficientar su funcionamiento.
Rezonificar los centros escolares por sector y reducir el número de escuelas en las
zonas que no han realizado este proceso con el propósito de eliminar grandes distancias
entre las escuelas para que el inspector escolar disponga de tiempo para atender el aspecto
académico.
Reformar el reglamento que aplica la Comisión estatal mixta de escalafón con el
propósito de eficientar en mayor medida el trabajo de la supervisión académica y dar
seguimiento a los proyectos para que tengan continuidad y de esta manera hacer posible la
rendición de cuentas a la autoridad educativa.
Para ello es recomendable garantizar que quienes asumen la función de inspector
escolar, además de contar con experiencia suficiente, preparación profesional y créditos
especiales se tenga la posibilidad de verificar su desempeño profesional y se establezca
compromiso para permanecer en el cargo al menos dos años, lo cual de alguna manera
permitirá una formación académica adecuada para el desempeño de dicha función y que sus
acciones se vean reflejadas en el desarrollo de un proyecto de zona en el que se ponga de
manifiesto su liderazgo académico y el fortalecimiento de la labor educativa que se realiza
en las instituciones a su cargo.
Como se muestra en el análisis de las funciones del inspector escolar, se denota el
privilegio de las administrativas sobre las académicas, pues mientras en las primeras la gran
mayoría se cumplen, se puede constatar que gran parte de las funciones académicas no son
atendidas, provocando con esto un desequilibrio en la función de la supervisión escolar.
El trabajo administrativo del inspector escolar debe ser atendido en su justa
dimensión, pero la misma exigencia se presenta con respecto al trabajo académico, del cual
depende en gran medida el impacto que se pueda tener en los resultados del proceso
educativo para mejorar la calidad del servicio que se ofrece en las escuelas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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reconstrucción histórica regional. Ponencia presentada en el V Congreso Nacional de
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